lunes, noviembre 20, 2006

EL DISCURSO

EL DISCURSO

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luis.harthur.blogspot.com 19 Noviembre 2006

El predecir el futuro no es tan sencillo y a veces sucede que nuestros pronósticos se caen dramáticamente.

Cuando esto pasa hay que analizar nuevamente nuestras premisas y acciones que fueron base de este desacierto.

El Presidente que habla bonito, el martes pasado no lo hizo, de repente se encuentra halando aire, patinando en el lodo y empantanado.

Creyó que podía impunemente divorciar el decir del hacer y el pueblo le pasa factura. Le marca un hasta aquí. Ya está bueno. ¡Ponte a gobernar!

Periodistas-investigadores radiografían su gobierno. Empresarios y pueblo diagnostican, el barco comenzó a hacer agua y ya no se puede esconder la realidad triste, penosa y tremenda del despilfarro.

Luce que el Gobierno fue populista, ineficiente, inefectivo y gastador. Perdió el rumbo y hoy se encuentra sólo, combatido y aislado. Noticias muy malas para todos, especialmente para el país.

Sueños faraónicos, continuistas y electoreros, afán de gloria personal y proyección internacional, lo han llevado a él y al país a esta encrucijada dolorosa y predecible.

Su futuro es de desgaste. La perdida de autoridad de esta batalla es casi irrecuperable. Su equipo se resquebraja en lo que yo llamo la estrategia correcta para no todos hundirse juntos y salvar una esperanza para el partido. Tarea difícil.

El terreno aun está fangoso. Quizás haya que remolcarlo. Pero ya nunca volverá a ser como antes. El pasado no se puede cambiar. El futuro es donde único es posible alterar variables y esperar volver al camino. ¿Cómo desligar a Danilo de su actuar en este caos si él fue el superministro?

Quizás lo único bueno en este tiempo difícil, es que el Gobierno logró unir al Sector Empresarial siempre tan disperso. Hasta ahora habían negociado individual y secretamente. Los grandes no querían perder sus canonjías y menos confundirse con los Sectores populares y obreros que tantas veces le han tumbado el pulso al gobierno. Ahora es distinto y lo sabe. Rompió la tradición de favores y perdones. De dinero para campañas

Alguien a quien admiro por su honestidad y coherencia, me soltó una especie de chiste trágico. “El PLD y el PRD son lo mismo. El PLD es el PRD dicho por un chino”. Se parecen cada vez más. ¡Qué pena!

Luis@Arthur.net