miércoles, abril 15, 2009

LIBERTAD I

Sin Temor… Ni Favor…

Libertad I


Luis H. Arthur S.

La libertad es uno de los dones que más aprecio, por ello ni un canario tengo enjaulado. Algunos me dicen que a esas aves, por sus cantos, colores o características que satisfacen el ego posesivo de muchos, reciben a cambio de libertad, seguridad y alimentos. Los perros son diferentes pues buscan la compañía y el refugio de un hogar a cambio de simpatía, lealtad y cuido. Los gatos son especiales, pues nunca entregan su libertad sino que buscan su conveniencia.
Entre las necesidades primarias del las personas, jerarquizadas, está el respeto a la vida (seguridad), la alimentación, el vestido, la educación, el trabajo, la libertad. Muchas veces los pueblos carenciados están en disposición o necesidad de entregar parte de algunos de sus derechos que ahora le llamamos humanos pero que siempre han existido en la ley natural, por otros más primarios.
Se puede vivir como nuestras mascotas esclavo, sin libertad o con una parte de ella pero con alimento y seguridad, lo que no se puede es al revés, vivir con libertad, no tener seguridad y morirse de hambre.
Y es que la libertad es un concepto relativo y no homologado, igual para todos. Unos puede vivir tranquilamente sin muchos aspavientos, para otro es poder hacer todo, aun vulnerar el derecho ajeno, en un libertinaje mayúsculo y arrogante.
También es relativo a las leyes, la clase sociales y a la condición económica.
Para mí que escribo desde México, libertad es poder hacer todo lo que la ley y el derecho no me prohíban, moverme seguro, viajar, escribir, etc. Pero para la mayoría de nuestros pueblos esa libertad es sólo teórica.
Ayer me escribía un joven que fue electricista de mi empresa, y que una semana santa tomó el expreso de Nagua y vía Puerto Rico llego al área de New York. Hoy es un extraditado tras cumplir 5 años de cárcel por droga y me escribe arrepentido de haber derrochado la gran oportunidad que tuvo y me dice que casi no puede trabajar porque le anteceden sus fichas en la DNCD, cuando él ya pagó su deuda con la sociedad.
Abusó de su libertad, delinquió y hoy la sociedad le niega la libertad de ganarse la vida.
Se lamenta de que tantos peores que él, pero con impunidad y dinero, van a todas partes, hacen lo que quieren y nadie les recrimina, sino que los honran.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 14\IV\2009