martes, diciembre 30, 2008

Pruebas de Lealtad

Sin Temor… Ni Favor…

Pruebas de lealtad


Luis H. Arthur S.

En la empresa privada, cuando una persona es capaz, seria, trabajadora, leal, y tiene el afán de hacer las cosas bien, cuando llegan los cambios o los despidos, se le respeta y preserva.
A este gobierno luce que esas personas le molestan y hay que castigarlas, degradarlas someterlas y a veces hasta hacerles morder el polvo para medir su lealtad incondicional.
Los políticos están hechos de piel dura, impenetrable y resbaladiza como el jabón, y se programan para soportar todo lo que se diga y lo que se haga con ellos. Algunos llegan a perder hasta el honor y la autoestima.
Tengo un amigo (creo que lo sigue siendo) que empezó su carrera política en el Gobierno de Don Antonio como funcionario, y hace quizás 22 años se fue al PLD, y con su capacidad, su arduo trabajo político proselitista, su lealtad inquebrantable hacia este partido y su candidato, su afán político proselitista, ocupó puestos de mayores relevancias y Secretarías de Estado.
Durante los 4 años de Hipólito, no descansó. Recorría semanalmente el país haciendo campaña y cuando en el 2004 volvió este partido con el mismo candidato a ocupar la presidencia, fue nombrado en un alto cargo ya conocido, y durante unos 3 años volvió a desempeñarlo, tratando de institucionalizar esa importante dependencia, que habían dejado caer inmisericordemente. Hizo acuerdos con universidades extranjeras, llevó cursos e internet a campesinos y productores para que no les engañaran, y ensalzó al gobernante más allá de lo prudente, pero tan buen trabajo e incondicionalidad no valieron y como se necesitaban chaqueteros para la reelección, fue sustituido por un incapaz técnico que no pudo calzar los zapatos encontrados, ni le interesaba, e hizo y hace tropelía y media, que incluso costaron muchas vidas, demasiadas, y aquello ha vuelto a retrotraerse.
El amigo fue nombrado en otro cargo no tan importante, pero en fin, de gran necesidad y utilidad. Comenzó a organizarlo, y cuando las cosas iban dando fruto, con similares acuerdos y asesorías, llega el reelecto Presidente y lo manda al sitio donde empezó su carrera, ahora con importancia muy menguada.
Hoy no se le siente, yo estaría frustrado y él tendría razón para estarlo, un chaquetero incapaz valió más que su capacidad y trabajo político a los ojos su desconsiderado líder.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *29\XII\2008