lunes, noviembre 23, 2009

COMPORTAMIENTO ÉTICO

Sin Temor… Ni Favor…

Comportamiento ético


Luis H. Arthur S.

Jarros, ollas, sartenes, pailas, calderos, son utensilios donde cocemos con fuego nuestros alimentos. Bien usados nos ayudan, mal usados, los alimentos pierden nutrientes y vitaminas, y hasta se queman.
Para preparar un buen “sancocho” para muchos comensales o “comesolos”, usamos un caldero grande, un calderón.
El diputado Calderón, sinónimo de caldero grande, tiene en su cabeza un sancocho, donde tantos víveres y carnes se encuentran revueltos con condimentos y grasa, subiendo y bajando.
Siendo diputado del PRD por Azua, fue uno de los legisladores que más trabajó. Él en su creencia y su ambición, creía que tenía el derecho de la continuidad, de volver, ahora como Senador, por el periodo extraordinario de 6 años, todo un caramelo.
Desgraciadamente, como dicen, una cosa piensa el burro y otra el que lo está ensillando- La nueva jerarquía del PRD, su partido de siempre, lo marginó, y el “Partido del Pueblo, de la Libertad”, en larga agonía y decadencia, ahora Sociedad Anónima, se reservó “democráticamente” el 70% de todas las candidaturas nacionales, para con el dedazo de su presidente y dueño, señalar los alabarderos agraciados, sin elecciones y escogimiento de las bases locales ni nacionales.
Calderón tronó al verse postergado, sin recordar que él había así sido impuesto por Hipólito hace 4 años. Eso no se podía hacer ahora con él. No era correcto ni estatutario, quitarle a las “bases” su derecho a elegir sin imposiciones y escogimientos groseros.
Enojado se fue del partido hacia su archirrival y supuesto enemigo, el PLD, donde aceptó juramentarse como miembro, en nuevo acto de transfuguismo y paracaidismo ya común, y que groseramente y no estatutariamente lo señalaran de dedito para candidato a Senador, todo al vapor, desplazando al aspirante, quien siendo Subsecretario de Estado, inclinó la cabeza y juntó las manos genuflexo ante Leonel, diciendo “hágase Señor tu voluntad” “De fuera vendrán quienes de casa nos echarán”
Calderón feliz con su “sancocho” de viandas y carne, su mente retorcida y su ambición satisfecha. Nos demostró que el problema no eran sus principios, los estatutos, lo ético, lo moral en cuanto a la forma de escoger candidatos, sino que no lo escogieran a él. La ambición quema a las personas, que sólo buscan ser vedetes impúdicas en el show del poder y del dinero.
Ahora los Azuanos, con fama de tirapiedras, tienen la palabra, y pueden premiar o castigar viles comportamientos.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com 22\XI\2009