lunes, enero 22, 2007

A PAGAR LOS PLATOS ROTOS

A PAGAR LOS PLATOS ROTOS

Por: Luisa H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 21 Enero 2007

El nuevo Presidente de la JCE hace un mea culpa. Nos dice como los libros de Registro Civil se han deteriorado (desaparecido) en un 17%, como más del 20% de los niños nacidos no se declaran y viven un limbo jurídico.

Nos habla de que van a ponerle sueldos a los empleados y encargados de los juecibilatos. Nos comenta del daño que ha sufrido la dominicanidad, y de contrabando nos mete el que ahora va a cobrar hasta por lo que antes no se cobraba.

Nada nos dice de la falta de fé pública de los documentos que emiten ni como van a restaurarla. Ni de la tardanza de hasta 10 meses en la declaración de un nuevo nacimiento. De las cantidad de faltas de ortográficas, de los cambios de apellidos de un niño con relación al de sus padres, por equivocación del analfabeto que lo escribió. Cosas sencillas que exigen mucho tiempo, demasiado dinero y molestias sin fin, cuando esas fallas son únicamente atribuibles a la JCE, al actuar del oficial. Nadie debe cargar con las equivocaciones e incapacidades ajenas.

Luce que el ambiente fiscalista de recaudación ha influido también en ellos para tratar de allegarse más dinero, con que mantener sus altos sueldos, que sólo una mujer excepcional ha renunciado a parte, sin que el ejemplo cunda.

No tengo parámetros para determinar cuanto debe ganar una persona o un funcionario, pero creo que como se dice, “según el sapo es la pedrada”, y Republica Dominicana es un país chiquito, pobre, endeudado y emproblemado, donde los impuestos no se devuelven en la cantidad apropiada en servicios comunitarios, sino que son mal administrados, robados, asaltados por funcionarios, que como cúspide de una pirámide que descansan sobre una gran base de pobres y menesterosos, con amplia proporción de aquellos que están bajo el “limite” de la misma.

Nadie es culpable de no haber nacido en Rusia, Brasil o EE.UU., como el mosquito no es culpable de no haber nacido elefante, pero dado el caso, tenemos que ser concientes de esa realidad y no querer ganar más que el presidente del país más rico del mundo postergando a tantos. ¡Que poco imitamos a Duarte, el más desconocido de todos los dominicanos! Vivimos en los tiempos de sálvese quien pueda…

Bueno, al menor es un comienzo. Demos gracias a Dios!

luis@arthur.net