viernes, junio 19, 2009

DECIRES INJUSTOS III

Sin Temor… Ni Favor…

Decires injustos III


Luis H. Arthur S.

Es penoso que a 165 años de la independencia, los dominicanos no creamos en los dominicanos, y tengamos una dependencia de extranjeros sin muchas veces revisar sus credenciales, para estar seguros de sus conocimientos, moralidad y ética, ya que de antemano carecen de amor a esta patria, aunque finjan lo que quieran. En ellos sí depositamos credibilidad. lo que hace que en casos como el que ahora es nuestro entretenimiento nacional, sin advertir cómo nos manejan en el asunto de la Cementera de Gonzalo, donde hasta los curas, con el Obispo Mamerto a la cabeza, pidan que vengan de fuera a hacer los estudios de Impacto Ambiental y a ser los árbitros, y que nos digan que debemos hacer los dominicanos en nuestro país. Luce que los Dominicanos, ellos incluidos, somos incapaces, mañosos, sin credibilidad mutua, medio tarados y dependientes.
¿No son acaso extranjeros los que vienen a depredar nuestra costas, a acabar con los manglares, a contaminar con sus hoteles, sin normas, a corromper o sumarse a la cadena nacional de corrupción que el gobierno no ve, pero que hace que un electo Senador renuncie dos veces a su curul para ocupar mejores posiciones, en un turismo salpicante, donde los millones de dólares y euros parecen sólo caja chica?
Desde la muerte física de Trujillo, el siempre presente, son muchos los que hemos tenido la oportunidad de estudiar fuera, de adquirir conocimiento de punta, y sólo los que se han quedado fuera son los que han tenido la oportunidad de descollar y ser orgullo de los criollos, que se miran reflejados en ellos. El Dominicano no cree en Dominicano, y tiende a denostar a todos los empresarios. No entienden que hayan algunos que sean buenos y no deber ser confundidos con los malos que todos conocemos. No es que sean perfectos, atribución sólo atribuible a Dios. Nadie lo es.
Me contaban en Puerto Rico que la legislatura hace ya muchos años, implantó un código de Protección del Medio Ambiente que incluía las leyes para tal fin. Al tratar de aplicarlo se encontraron con que las mismas tenían muchas lagunas, en otros casos eran inaplicables y para más los jueces muchas veces no entendían el problema, pero fueron implantándolo en lo posible y cerca de un lustro después, fue perfeccionado.
Santo Domingo * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 18/VI/2009