lunes, junio 29, 2009

AMIGOS IV

Sin Temor… Ni Favor…

Amigos IV

Luis H. Arthur S.

Esta serie de reflexiones y anécdotas empezó tratando de recordar quien fue mi primer amigo fuera de mi familia, lo cual ha sido tarea imposible, como tampoco podremos decir quienes serán los últimos.
En el curso de una larga vida, tantos que lo fueron por lapsos variables, se han ido desvaneciendo, la mayoría suavemente, otros pocos bruscamente, quedando sólo el recuerdo, especial, que en algunos casos es aun semilla fértil si las circunstancias se vuelven favorables.
Ya los viejos no tenemos la capacidad de hacer amigos fácilmente. Los de antaño, muchos se fueron dejando un sentimiento de soledad y finitud. y los jóvenes nos miran con otros ojos. Existe como una valla generacional infranqueable de respeto, vivencias y sueños que no podemos franquear al final del viaje.
Hemos sido actores y también victimas de los alejamientos por estatus social, poder y fortuna. A medida que un compañero crece, su vuelo se hace más alto y salvo excepciones a los antiguos los mira desde arriba, no de frente, quizás como mediocres, anclados a su medio, sin capacidad de compartir su nuevo mundo VIP, rodeado como ahora por tantos supuestos triunfadores cómo él. Donde no todos son sinceros sino amigos del estatus, y mientras este dure.
Una noche asistí invitado creo que por error, a un cena en el Arzobispado de Santo Domingo, ofrecida por el Señor Cardenal y Pepín Corripio, allí supimos que era Pro Construcción de un Seminario en Los Ríos, felizmente logrado hace como 10 años.
Pepín en sus palabras, confundiendo a mansos con cimarrones, dijo que los ricos siempre están desconfiados de todo el que se le acerca, pues piensan que es para pedirles algo. Que él recibía no menos de 30 cartas diarias solicitando diversas dádivas. Que ante esta avalancha se sentía tensionado, agobiado y cansado, pero que luego bien visto, se alegraba de estar en la acera de este lado, del lado de los que pueden ayudar a los muchos que piden que están el la acera de enfrente.
Como manso, me quedó el mal sabor de oír de esta realidad, de la soledad y desconfianza en que viven aquellos que vuelan alto, en espacios amplios y solitarios, sin saber si los afectos que reciben son sinceros, y preguntándose cuanto les van acostar. Sólo tienen amigos de juventud, de antes de volar alto, que podrían brindarles afectos sinceros, pero a lo más los tiene calculadamente como las llantas de refpuesto de los vehículos, debajo, agarrando calor y polvo, para una emergencia. Esos amigos de antes sinceros, sin interés y llenos de admiración no comparten sus vidas VIP, ni sus nuevo amigos. Son amigos de segunda.
Santo Domingo * luis@arthur.net * http://www.luis.arthur.net/ * http://www.luisharthur.blogspot.com/ * 26/VI/2009