Sin Temor… Ni Favor…
Inentendible
Luis H. Arthur S.
¡No todo está perdido! Mientras los ilustrados nos alineamos en la fila de la corrupción, la degradación, el oportunismo, la conveniencia y abulia, recibimos lecciones de valor y moral que nos hacen renacer la esperanza, el creer que aun no todo está podrido, que tenemos aun semillas buenas, quizás pocas, que podrían dar mejor cosecha.
Mientras los Diputados y Senadores se mueven como marionetas guiados únicamente por los hilos de Leonel y Miguel, rebasan toda ley y toda lógica. No reparan en nimiedades para conculcar nuestros derechos y crean un bosque que oculte y justifique sus actos delictivos y la transparencia debida.
Mientras el Presidente y el gobierno nada observan ni nada les importa el bienestar colectivo. Mientras el Partido de oposición de otrora es ahora un aliado con acuerdo de cúpulas, donde se ignoró y marginó a la militancia, y se condenó a todos a tener un Gobierno con camino libre para todo.
Mientras la policía se descara y nos muestra su papel corrupto, criminal, delincuencial, fuera de toda ley, donde los ciudadanos nada valen, y si son pobres y marginados no cuentan, son pura chusma, carne de presidio, masas aleatorias.
Mientras nuestro país se endeuda inmisericordemente, y parece que no tenemos gobierno para el bien, sino con la consigna de acabar con nuestros pocos derechos, marcados por leyes que no se cumplen.
Mientras el desespero se adueña de los que quieren ver, oír y pensar, en medio de los más salvajes, secos y desiertos parajes de cambrón y guasábara, brota la flor de la dignidad.
Un campesino, Lino Morel, alcalde de su comunidad, octogenario, entrega a la policía, vivo, sin armas y amarrado a un extraño. El coronel Lebrón lo visita luego y le entrega $5,000 pesos, que para la miseria económica de los moradores de Sabana de la Cruz, es una fortuna. Con eso se compran 10 votos cuando menos. Debe repartirlo entre todos los que capturaron al supuesto secuestrador, pero ante la noticia que la policía fusiló al entregado junto a otro que fue entregado por los Marinos de puesto cerca de allí, Cecilio Díaz y William Batista, la comunidad dignamente rechaza ese pago de muerte, ese dinero sucio y manchado de sangre.
No sabemos de dónde salió, de qué capítulo de la Ley de Gastos Público, tampoco qué se buscaba con coludir, contaminar, a personas pobres que se muestran honradas y decentes.
La lección de esta comunidad, representada por este roble de la moral no se hizo esperar y todos deberíamos aprenderla. Están solos, abandonados en parajes lejanos, podrían ser “desaparecidos” sin pena ni gloria en cualquier momento, por los mismos que en vez de cuidar y garantizar la seguridad ciudadana, se dedican a fusilar, torturar, golpear, amenazar, robar, proteger puestos de droga, dar tumbes y repartir dinero y visitas para imponer silencio, y con sus actos criminales obtienen ascensos otorgados por el Sr. Presiente de la Republica, quien mantiene un silencio y una dejadez inentendible.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *16\X\2009
