miércoles, octubre 28, 2009

REALIDADES VII

Sin Temor… Ni Favor…

Realidades VII


Luis H. Arthur S.

A esta pequeña isla llegaron Corsarios de dos naciones. Los animaba el afán de riqueza, y su ambición no conocía límites. Con una mano sostenían la espada asesina y con la otra la cruz de la redención y se daban golpes de pecho y asumían hasta representación divina. Usaban discursos engañosos.
Han pasado los siglos, que en apariencia han cambiado las cosas, pero la realidad es que en el subconsciente de nuestro ser, viven y persisten los mismos principios, la esencia de las experiencias vividas y aprendidas, y con lo que llamamos modernidad sólo hemos cambiado algo las apariencias externas, el ropaje, de aquella depredación que se ha hecho parte existencial de nuestro propio ser.
Nuestra historia republicana no ha sido más que una secuencia de eventos de abusos, robos, muerte, depredación y olvido. Gobiernos que duraban menos que una cucaracha en un gallinero o que se eternizaban en duras y cruentas tiranías, y eso sólo en lo interno, que en lo externo hemos sido marionetas con pocos grados de libertad del imperio del norte. Nos depredan pero no nos educan y así nos impusieron la democracia que sin instituciones, y con el deterioro de las precarias que pudiese haber, se convierte en poder omnímodo sin contrapeso ni balance, siempre en contra del pueblo. Hoy no sólo el Gobierno hace travesuras donde desaparece la oposición política comprada con nuestro propio dinero y trabajo, sino que como ente etéreo, ausente, luce como un monarca por encima del bien y del mal.
Se tiene y se mantiene una inmensa masa de pobres, subalimentados que no piensen y menos razonen debidamente, y sea amorfa, manejable y moldeable para con ella construir, mantener y disfrutar de un poder, corrupto y corruptor.
Quizás por ello no quieran mirar a esa otra masa tan amorfa y moldeable como esta, que además nos invade ahora pacíficamente, pagando, aun en su miseria, peaje a autoridades viles.
Mueve a risa que la supuesta dignidad del pueblo dominicano haya sido mancillada por declaraciones que sólo en nuestra deformación pueden catalogarse de irrespetuosas, y que sea “defendida” por quien ha sido a través de los emporios cañeros que ha dirigido, quizás uno de los mayores importadores y compradores de haitianos, para mantenerlos en barracas, en la miseria, en la ignorancia, transparentes a las leyes, sin derechos, como fantasmas inexistentes, pero enriqueciendo a tantos empresarios, políticos y militares e indirectamente al país, y por supuesto, éstos no desean que nada cambie, pero como todo en el mundo, tanto ellos como nosotros nos estamos desbordando.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *27\X\2009