viernes, marzo 16, 2007

LIBERTAD DE JUICIO

LIBERTAD DE JUICIO

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 15 Marzo 2007

La peor dependencia a la que podemos enfrentarnos es la mental, al igual que la peor censura es la autocensura.

Cada persona se retrata de cuerpo entero con sus acciones. Sólo hay que observar y meditar, para tener cabal entendimiento de sus valores y sentimientos.

La ventaja de políticos y de hombres públicos, es que por lo general no ejercemos la capacidad de pensar y hacerlo desapasionadamente, sin que sea un proceso visceral.

En esta disciplina de formarnos juicio somos total y absolutamente libres. Podemos conformar un esquema, más completo a medida que podamos allegarnos más información. Nadie nos puede limitar, no existe aparato para adivinar nuestros pensamientos. No nos pueden demandar aun estemos equivocados por haber ponderado hechos parciales, equivocados y hasta interesados.

La libertad para expresarlos es otra cosa. Tenemos limitación moral, jurídica o de conveniencia y no podemos decir nuestro juicio si no tenemos pruebas, ese elemento que la ley y la sociedad exigen y que es tan huidizo y maleable.

Hay que ser cautos hasta en expresar nuestras creencias. En tiempo de la inquisición, hablar hasta de que la tierra giraba, era una blasfemia y ameritaba un castigo que podía llegar hasta la muerte. Cuando Trujillo, todos teníamos que loar al jefe, aun tuviésemos un juicio cabal de quien era ese señor, pero expresarlo o siquiera insinuarlo era motivo de grandes penalidades personales y familiares. Vivíamos con un Dr. Merengue dentro de nosotros. Simulando y callando.

Hoy disfrutamos una era de libertad, pero en lo recóndito del recuerdo de muchos está la experiencia vivida hace pocos años, y preferimos callar, simular, mirar para otro lado, quitarnos del medio al paso de la caravana arrolladora.

Los métodos modernos para acallar el pensamiento de los que se deciden a decirlo con libertad son múltiples y variados, y hasta a veces drásticos.

En tiempo de Internet se les hace más difícil, pues pierden capacidad de limitar los espacios escritos y tiempos radiales para que tu pensamiento no llegue o llegue a pocos.

México ocupó el año pasado el lugar cimero en asesinatos de periodistas, que no quisieron callarse o aceptaron ser comprados. Hay esperanzas.
luis@arthur.net