viernes, marzo 02, 2007

SANTIAGO I

SANTIAGO I

Por: Luis H Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 1 Marzo 2007

Hoy escribo desde la hermana republica de Santiago de los Caballeros, y digo esto, porque siempre en mis tiempos de adolescencia los puertoplataños mantenían una rivalidad regional, donde ellos se decían que no eran cibaeños, sino norteños. De ese pleito verbal sin sentido nació el que éramos habitantes del sur de la Florida, una republiquita aparte.

No existen dudas del potencial de Santiago como centro de esta rica región y como poseedor de una rica tradición de empresarios aguerridos y exitosos y de políticos avanzados, que desde siempre y sobretodo desde la tiranía para acá, han tenido en el poder de la nación a hijos o descendientes cercanos de esta ciudad.

Santiago crece, caóticamente como todo población que revienta, y se va perdiendo aquel romanticismo de hace pocas décadas, de coches tirados por caballos, vendedoras ambulantes que en la mañana despertaban al barrio con el pregón de sus “marchantas”, de su carnaval florido, de su vivir tranquilo y de su rancia oligarquía.

Hoy Santiago vive en una vorágine que irremisiblemente la llevará a perder ese espíritu de convivencia humana que tenia igual que todos los pueblos nuestros, donde la privacidad de la vida era amablemente violentada por la solidaridad de los vecinos y amigos, en un discurrir casi comunitario.

Solo van quedando reminiscencia de ese pasado que hoy cede el paso a verjas altas, a casas enrejadas, a un tráfico cada vez más intenso que ha sacado a los burros de las calles y a mucha delincuencia.

Santiago late y vive intensamente su progreso, impulsado por un afán de superación regionalista, donde el ser segundos en tamaño, les lleva a no querer ser menos, sino más que todos.

Aquí se da un fenómeno poco común y cada día en desaparición, y es que los santiagueros son solidarios entre ellos, y en el mundo empresarial de la competencia y la diversidad, tienen un espíritu de amor a su tierra muy arraigado que les hace emprender obras de desarrollo en conjunto con armonía, que si esta última no es total, es porque no puede serlo, pero no se matan unos a otros, se ayudan y apoyan.

Santiago paga muchos impuestos a través de sus importantes empresas, y aspira a tener un desarrollo social de acuerdo a su potencial.

luis@arthur.net