martes, marzo 20, 2007

REELECCION I

REELECCIÓN I

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luiharthur.blogspot.com 19 Marzo 2007

Ante la creencia que somos insustituibles, que constituimos la única opción para que este mundo siga girando, el sol siga brillando y este país siga existiendo, se opone la realidad, esa triste y penosa enseñanza que es la muerte física en últimas instancias.

Algunos actores del teatro de la vida, creen que no debe existir otros actores más que ellos y que pueden hacer un monologo sin aburrir al público y sólo convierten una obra en mediocre por no decir mala.

La conducción de un país no es cosa de juegos, y si bien debajo de cualquier yagua vieja pudo salir tremendo alacrán, este se desgasta, se pone viejo y su actuar quizás de brillante o pasable, torna en deprimente, sin contar el daño que hace al quererse perpetuar.

La política empresarial de las compañías extranjeras, al igual que los representantes diplomáticos de los países, cambian rutinariamente cada 2 o 4 años aproximadamente, debido a que su capacidad de innovación se agota en ese periodo, y su actuar se vuelve rutinario y acomodaticio.

En los casos de los gobiernos, el legislador fue sabio y limitó el periodo a tiempos relativamente cortos, en que tiene la oportunidad de darle continuidad al Estado, no a inventar uno nuevo cada 4, 5 o 6 años, según sea el caso.

Nosotros tenemos múltiples ejemplos de esto, pues en nuestra vida republicana, Santana, Báez, Lilís, Trujillo y Balaguer, con sus largas permanencias al frente del país, contrastan grandemente con una multitud que a veces llegaron a durar sólo pocas horas.

Aun en países estables como en los EE.UU. donde los que no completan su periodo es porque los matan, la reelección es cuestionable, y miren lo que les ha deparado su voto en los últimos 6 años. Como alguien decía en un artículo reciente, tienen al peor presidente de toda su historia.

Con nuestro devenir republicano en mente, bastaría para ni siquiera pensar en reelección. Vivimos entre unos desaforados por el poder, que cuando hacen cosas buenas, como hizo el PRD con la prohibición de la misma, no era por convicción histórica y menos patriotismo, era para cerrarle el paso a Balaguer, a quien no podían superar en triquiñuelas. Tan pronto se terciaron la banda presidencial, vino la orden de volver a lo mismo, pero esta vez conmigo, que es distinto.

luis@arthur.net