sábado, marzo 17, 2007

LUCES DE CAMP DAVID

LUCES DE CAMP DAVID

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 16 Marzo 2007

Me place invitar a mi columna al filósofo de los Ex Alumnos del Tecnológico de Monterrey (EXATEC), que en encuentro informal de un grupo de nosotros para compartir la amistad, este martes 13 en la noche, escribió esto:

“Eran dos cielos titilantes y tiritantes... Debajo: las luces artificiales de Santiago... Encima: más arriba, las luces de la Providencia...con un Planeta al Oeste que nos guiñaba sus ojos de diosa del amor...”

“El cielo de la Providencia y el de los humanos no competían entre sí... Eran dos universos de luces que acompañaban nuestras nostalgias de Monterrey y nuestro deseo de hacer renacer nuestra juventud y con ello ser para siempre... Ser, en el placer preséntico de disfrutar una amistad irrepetible, que hay que cuidar como oro pulido...”

“Las constelaciones se dibujaban nítidas y sonrientes dentro del gran bestiario del cielo de arriba, que nos convertía en observadores asombrosos y a la vez pequeños...”

“Dinápoles y yo, en medio de la tolerancia de la amistad de todos los presentes, apuntábamos nuestros índices melódicos a las dos estrellas más brillantes del cielo, que estuvieron allá arriba acompañando, como dos faroles, la concelebración fraternal y divertida: Sirius y Canopus...”

“Empero, Dinápoles, con su espontaneidad gregaria, que se niega a las exclusividades, no dejó de mencionar las estrellas vecinas de Orión: Rigel y Betelgeuse... Que son estrellas coloreadas y muy llamativas...”

“Cuando casi todos se marcharon nos quedamos Gustavo, Miguel, Barón y quien suscribe... Gustavo, como buen ibérico, amasador de valores, no permitió que los restos del animal salvaje que nos sirvió de festín fueran disfrutados finalmente por la pobrería... Ordenó que los residuos, aún tentadores, fueran convertidos en sendas empacaduras buenas para el desayuno de muchos...”

“Regresamos a las 5 a.m. y todos retornaron al culto ordinario del trabajo, a la labor, al padecimiento cotidiano que nos convierte en magos de las cosas valiosas del más acá de la historia...”

“Si los dioses existieran dirían de nosotros: estos sibaritas no tienen desperdicio y se merecen disfrutar de la vida, compitiendo con nosotros, los del Olimpo...” JRBA

Espero todos hayan disfrutado su prosa poética.

luis@arthur.net