jueves, agosto 23, 2007

BUQUI LA P

BUQUÍ LA P

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 22 Agosto 2007

Del pasado lejano sale a flote el recuerdo de otro personaje típico de mi pueblo.

Era un señor mayor, oscuro, bajito y delgado. Lo recuerdo con kepis de oficial de barco, que una vez fue blanco con visera y banda negra; en su temblorosa mano una fusta de cuero tejida. Se movía por el muelle y sus calles aledañas.

Buquí, como se le conocía, trabajaba en el muelle. Cuando una nave llegaba al puerto, contrataban operadores y cargadores locales para hacer los trabajos esporádicos de carga y descarga, la paga por hora era buena, en comparación con los sueldo del medio.

En tiempos de exportación de azúcar, tabaco, café, cacao, los rubros tradicionales de la época, el puerto se veía muy activo y había trabajo y dinero.

Como aliciente a las largas jornadas o quizás como excusa, era “normal” que se fueran a festejar y tomar demasiado tragos en cualquiera de los múltiples bares de prostitutas que abundan en todos los muelles del mundo.

Siendo yo un jovencito quizás de 10 años lo vi por primera vez. Ya estaba alcoholizado y no trabajaba. Creo iba a medias con otros.

Me cuentan que antes era el “Roba la Gallina” por excelencia en los carnavales del pueblo.

Quizás por su asiduidad a esos bares o por alguna otra razón, los muchachos tan pronto lo veían venir con su temblequeteo, se burlaban de él gritándole “Buquí la p”. Eso mote lo encolerizaba y el pobre señor con pasos inseguros les perseguía, y les dedicaba un repertorio especial de malas palabras esmeradamente escogidas y dedicadas en su mayoría a las progenitoras de los burlones.

Era como un juego y ellos corrían con el vigor de su juventud y se dispersaban. Si por alguna casualidad alguno se ponía a su alcance, su fusta y su Parkinson lo dejaba marcado por muchos días con azotes fuertemente propinados y condimentados de dichos y promesas de denuncia.

Mi vida transcurría lejos de esos sitios, y sólo por casualidad pude ver esas penosas burlas y carreras a un hombre enfermo y casi desvalido. Creo recordar que era tío de un compañero de escuela y vecino de nombre Carlos Vásquez, a quien tengo como 60 años que no veo o se de él, porque en la escuela se enojaba y quería pelear cuando alguien se refería a “Buquí la P”

luis@arthur.net