martes, agosto 14, 2007

EL TEC

EL TEC

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthurf.net www.luisharthur.blogspot.com 12 Agosto 2007

El Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (Tec) tenía 20 años cuando llegué y menos de 2000 alumnos, muchos extranjeros. Ya era si no la mejor, una de las mejores y más afamadas de México.

Elitista, mantenía un control efectivo sobre su alumnado, dentro y fuera del recinto, y una enseñanza esmerada y exigente con la mayoría de sus profesores de tiempo completo.

Hace 40 años me gradué y hoy la institución con 64 años, ha crecido en fama y tenido una expansión impresionantes bajo la visión de su actual Rector, y sin dejar de ser elitista, se ha volcado tambien al sector social.

Con 33 campus en todo México; 20 Sedes y oficinas internacionales; 44 carreras profesionales; 53 programas de maestría; 9 de doctorado; 92875 alumnos; 8448 profesores; 150335 títulos profesionales otorgados y 33564 grados académicos, 1063 proyectos de incubación de empresas, 1144 Centros Comunitarios para Aprendizaje en los estratos bajo de la sociedad, 1298 en México, 136 en EE.UU. y 10 en Sudamérica.

La Oficina de la Primera Dama recién firmó con el Tec para establecer aquí alrededor de 113 Centros similares, de los cuales se inauguran 13 semanalmente.

El INRHI y su pionero Director Frank Rodríguez, mantiene 9 Centros Comunitarios de Aprendizaje en las Asociaciones de Regantes en comunidades perdidas de nuestra geografía, para educar, instruir y enseñar a comercializar sus productos. Están conectados al Tec por Internet y se hacen tele conferencias con instructores y profesores.

El INRHI también tiene varios contratos firmados con el Tec para el uso económico y menejo adecuado del agua en regíos. ¡Una revolución silente!

El Tec dos veces al año viene en busca de alumnos sobresalientes, los examina y le ofrece becas de estudios del 90%.

Hoy Lunes, el Presidente que habla bonito lo estará haciendo en el Tec. Seguramente todos quedarán bien impresionados del conocimiento, dominio, dicción de nuestro Presidente, que con su palabra encanta serpientes.

Tengo la esperanza de que se contagie gravemente con el buen virus que al “decir” le pone “acción”, ese que evita que las palabras bellas se las lleve el viento, pues su fin es ser bellas, y no preludio de acción eficaz, como la vorágine creadora que verá a su derredor. ¡Querer es poder!

luis@arthur.net