jueves, marzo 06, 2008

LOS TRENES

SIN TEMOR… NI FAVOR…

Los Trenes


Luis H. Arthur S.

Dios me ha premiado con una larga vida, feliz por no ser usurero, que me ha permitido modestamente conocer algunos países y sus facilidades.
Mi primer encuentro con un sistema masivo de transporte, comúnmente llamado el Metropolitano (metro) o Subway (camino bajo tierra) fue cuando viví en New York hace 48 años.
Las primeras veces que me monté no fueron experiencias agradables, pues se resistía uno a andar como rata por cuevas oscuras, en trenes que se bambolean mucho y con violencia y uno cree que se saldrán de las vías; de rieles y ruedas de hierro que al tomar una curva a mucha velocidad, se crea un chillido de alta frecuencia, fuerte y persistente, que en un principio se torna desagradable y amenazante, al que luego te acostumbras.
Pasado esos primeros días, el tren era una maravilla y me hice experto como todos en conocer los trayectos, los distintos trenes, locales y expresos, las rutas y las estaciones de intercambios. Eventualmente nuestro reloj interno nos advierte cuando estamos llegando a la estación de bajada sin tener que estar totalmente pendiente del camino, te relajas y puedes leer y hasta dormitar sin pasarte de su parada. Al igual que el que monta bicicleta o motocicleta, el equilibrio se aprende y uno se hace experto en mantenerse firme ante los traqueteos, a veces sin necesidad de agarrarse de los tubos o las correas que cuelgan del techo, cuando se va parado.
Inclusive me iba pasando de vagón en vagón en plena marcha para estar más cerca de mi salida a la superficie.
Mi entretenimiento siempre fue observar los rostros de las personas, donde uno puede ver una cantidad de expresiones que intentas interpretar.
Con el paso de los años me he montado en los de Washington, Paris, Frankfurt, Munich, Roma, Milán, Viena, Hong Kong. He viajado en Tren desde New York a Montreal, de Munich hasta Viena, Roma, Milán, Venecia, Frankfurt. Todos son similares.
Como medio de transporte masivo es lo mejor, lo malo es que los soterrados son muy costosos y si el usuario no puede pagar su precio, hay que subvencionarlo, y debe hacerlo el Ayuntamiento con el dinero de los munícipes, nunca el Estado.
Los aéreos son más baratos, seguros y de menor costo operativo y además panorámicos.
luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 5/III/2008