sábado, diciembre 30, 2006

EL 2007

El 2007

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 29 Diciembre 2006

Acaba el 2006. En la vida todo lo que empieza un día termina. Al irse nos deja a todos llenos de incertidumbre y aprensiones. Con vaticinios que el 2007 vendrá cargado de problemas, de nuevos impuestos, con el deterioro del gobierno de la esperanza, que ha equivocado el camino y se ha metido y nos ha metido en la boca del león. De un león agotado, asustado y desafiado. Quien deteriora su imagen y la de su partido, adopta el populismo, castiga la educación, la salud postergando el crecimiento.

Los dominicanos se sienten abrumados, confundidos. Unos dicen que la democracia no sirve. Otros que los partidos se agotaron y que necesitamos alguien fuerte, que actúe coherentemente en pos de metas de progreso y lo haga con patriotismo sin buscar quedarse.

¿Para qué necesitamos a un gobierno que desee primordialmente perpetuarse, y en ese afán olvide sus promesas, metas y objetivos, y se apoye en los pobres y analfabetos para que en ese campo fértil prendan sus nuevas promesas que han demostrado ser pura demagogia? ¡Promesas huecas!

Al irse el año, nuestro principal problema nacional, el Sector Eléctrico tan estratégico, sigue abandonado sin que nada se haga para empezar a resolverlo, olvidado a su suerte y superando a sus actores, que sólo tienen iniciativas para modificar y acomodar la ley que incumplen reiteradamente.

Nos encuentra con una educación en el fondo de los índices internacionales, con una inversión sumamente pequeña, fuera de la ley y a la que le extraen fondos para cubrir necedades. Lo mismo la salud.

Despido el año con un cuento. Dicen que el León, un día se levanto deprimido y salió y se encontró a un monito. Lo agarro por el cuello y le espeto: ¿Quién es el rey de la selva? Tu león, contesto el aterrorizado monito. ¡No lo olvides! Así actuó con todo animal que encontraba. Ya su autoestima iba creciendo cuando se encontró con un elefante que pastaba tranquilamente y en el mismo tono amenazante con rugido y garra le pregunto lo mismo. Como el elefante no se inmutaba repitió varias veces la pregunta, hasta que impaciente le saltó a la cara. El elefante lo tomó con su trompa y lo reventó contra un árbol. El León todo descuajeringado, le dijo: ¡No tenías que enojarte, bastaba con decir que no sabías! ¡Feliz año 2007!

luis@arthur.net