lunes, diciembre 24, 2007

FELIZ NAVIDAD

SIN TEMOR NI FAVOR


Feliz Navidad
Luis H. Arthur S.
Cada mañana en CDN Radio leen una meditación y en estos últimos días han contado la de un joven que su trabajo consistía en atender puercos, lo que hacía con normalidad, felicidad y regocijo, hasta que se enteró que era hijo de un príncipe. Desde ese instante su vida cambió, ya no le satisfacía por ser indigna de su alcurnia.
La felicidad es una condición del espíritu, y nada tiene que ver con la pobreza o la riqueza.
En el caso del joven porquerizo, el vivía contento, esperanzado, pero cuando se enteró de su condición de hijo de príncipe, dejó de serlo. Nada externo había cambiado.
Nuestro Presidente va esta Noche Buena a cenar con una familia humilde. Es un gesto bueno, pocas veces acostumbrado en la modernidad, y una forma sensible de compartir con los más desposeídos, usando a esta familia como símbolo. Quizás hasta de remembranza.
Me gusta el gesto y lo alabo. Es la forma de comunicarse con su pueblo, palpar sus necesidades y su amplio corazón, donde se comparte lo poco, porque nunca hay mucho.
Sin embargo me preocupa que este no sea un acto nacido del alma, sino de la conveniencia. De falsamente venderse como lo que fue pero que ya no es.
No se si el humilde hogar de esta familia que vive su circunstancia y capea diariamente sus necesidades, podrá digerir un alud de jeepetas, de elementos de seguridad, espalderos, lambones, prensa y TV; de camiones cargados de alimentos exquisitos preparados por Mike Mercedes, Asesor del Poder Ejecutivo en asuntos culinarios, cual es su capacidad. De bebidas, cidra, champaña, vinos, whiskey. De golosinas importadas, manzanas, peras, uvas, turrones, mazapán, juguetes caros en abundancia, y hasta de sillones, cojines, platos, cubiertos, manteles, carpa, planta eléctrica, alfombras, convirtiéndose aquello en algo muy diferente a la cena en que Jesús compartía con humildad lo poco que podían brindarle sus anfitriones: pan y vino.
Ruego equivocarme y que esa familia que luce premiada, no sea envenenada con la infelicidad del porquerizo, al verse sobrepasada en su capacidad de entender, y comprobar lo injusto de su vida ante depredadores que en vez de elevarles en sus condiciones, lo cachetean con lujos para promoción personal.
luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 23/XII/2007