sábado, julio 14, 2007

A UN AMIGO QUERIDO

A UN AMIGO QUERIDO

Por: Luis H. Arthur S. www.luislarthur.net www.luisharthur.blogspot.com 13 Julio 2007

Mi amigo no lo entiende. No quiere o puede entenderlo a pesar de su extraordinaria capacidad, su vida profesional metodológica, su seriedad y honestidad.

Parece que no se puede alejar del alcohol y el cigarrillo. Aunque lo niega y se molesta conmigo, bebe todos los días.

Prefiere vivir solo, sin pareja. Las ultimas han tratado de moderarlo, salvarlo diría yo, y en su balaza el fiel se ha inclinado equivocadamente.

Es un gran asesor. Con basta experiencia y muchos conocimientos. Pero este tipo de trabajo es esporádico y muchas veces no llega cuando más se necesita y los ingresos menguan pero la vida sigue y el cuerpo demanda.

Se hará incumplidor y olvidará compromisos, pues el poco dinero buscará caminos torcidos.

Llegará el momento en que los amigos que le quieren lo alejen, Su vida se deteriorará al igual que su apariencia, y a su edad el desgaste y la soledad cobraran su dura e ineludible cuota.

Nadie puede aconsejar a quien no quiere consejos. Nadie puede vivir la vida de otro y ayudar si el otro no quiere ser ayudado, si ciego en su necesidad camina hacia el abismo.

El alma de muchos amigos se engurruña pero no bastan para que la situación cambie. Para que no se convierta en ejemplo de lo que no debió ser.

¿Cómo se ayuda a un amigo que te para en seco, que no acepta ser ayudado, que no entiende, que en ese aspecto no razona, cuando es tan brillante en tantas otras?

Sólo queda pedir, mirar el suicidio sin poder evitarlo, tratar de que otros lo vean y colectivamente quizás influir, y no permitir la perdida del auto respeto.

Cada uno escoge su camino y es libre de vivir su vida. La pena es que cuando estas cosas le suceden a amigos tan queridos, uno se siente tan impotente, tan incapaz, tan apenado; pero necesariamente tiene que respetar.

Quizás sean secuelas de duros tiempos pasados, facetas de la vida que unos tienen que vivirlas y otros sufrirlas, como la tragedia de Minengo del folclor de mi pueblo que recordé en mis dos artículos anteriores.

Como no me declaro vencido, escribo lo que quizás sea la misma historia actual de muchos, con el deseo, con la esperanza, de que aun puedan reaccionar y se dejen ayudar.

luis@arthur.net