jueves, septiembre 06, 2007

FUNERARIA O GALLERA

FUNERARIA O GALLERA

Por: Luis H. Arthur S. http://www.luis.arthur.net/ http://www.luishathur.blogspot.com/ 5 Septiembre 2007

Hace unas semanas asistí a un velatorio. Llegué, me estacioné en el solar aledaño sin acondicionamiento. Había llovido así que me enlodé ligeramente. Al entrar escuché una gran bulla. Era el barullo de un grupo de escolares que estaban con la efusividad de los niños, hablando y gritando. No hay letreros de silencio.

Busqué en la pizarra la capilla correspondiente y subí las escaleras. Era temprano, habían pocas personas pues aun no exponían el cuerpo y ahí mismo se armó la saludadera, los abrazos, apretones de manos, ponerse al día de lo acontecido desde la ultima vez que nos vimos, quizás en otro mortuorio, pues cuando uno es viejo, ese es el lugar en que ve más amigos y familiares juntos. El entierro y la misa serían al día siguiente. Ese día si estaba abarrotado y aquello parecía no un sitio de pena donde la gente se supone compungida, sino una gallera en plena pelea.

Mientras se tenía la puerta de la capilla cerrada, el ruido se amortiguaba, pero como las personas entran y salen o si está muy llena se queda entreabierta, el barullo, las risotadas, compiten con el llanto y el cura, apenando a los deudos cercanos a quienes vamos dizque a apoyar.

Realidades en las que hemos caído poco a poco, donde un entierro se convierte casi en un acto social donde sólo faltan los tragos y los bocadillos y sobran los chistes, sin que se vean rastros de tristeza aun fingidas.

Ya en el cementerio la carroza no sabía donde estaba la tumba. Fue preguntar, devolverse hasta llegar. Todo a la dominicana

Hace algunos años mi suegra, que nos visitaba, murió de un derrame cerebral masivo. La expusimos en esa funeraria y luego se trasladó a México. No coincidió su mortuorio con el de algún jorocón y todo estuvo tranquilo. En Monterrey la expusimos en una funeraria, ¡pero que diferencia! Un gran salón como de iglesia lleno de sillas, muy amplio donde todos permanecen sentados. Una cafetería en habitación aparte al fondo y lejos de las capillas y el salón. En ésta, el féretro, las flores y algunos familiares y amigos. Entre el salón y cada capilla, hay un cuarto de aislamiento de ruido con doble puerta no alineadas.

Carpa en el cementerio, equipo mecánico para descender el ataúd, un joven de etiqueta dirigiendo y despidiendo el mortuorio. Todo en silencio y con respeto. Los zacatecas y albañiles trabajan luego que te marchas.

luis@arthur.net