sábado, septiembre 08, 2007

SIEMPRE OPTIMISTA

SIEMPRE OPTIMISTA

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 7 Septiembre 2007

A medida que uno se pone viejo, se vuelve más solitario y reflexivo. El aislamiento le hace desfasarse de la dinámica de la juventud, a menos que trate de mantener vínculos, donde siempre habrá la barrera de la edad.

Generalmente los viejos se van anquilosando hasta que la muerte piadosa les hace el favor de llevárselos dejando de ser “transparentes” en su entorno que apenas los toma en cuenta, quizás ligeramente más que a un florero o una mesita en la sala.

Mi caso hasta ahora es diferente. Al dejar de trabajar en esta época maravillosa del Internet y la información, me he dedicado a escribir y a excursionar en ciudades, playas y montañas.

Trato de escribir con la experiencia de un viejo y la esperanza de un joven, sin ofender pero sin temor ni favor, tratando los temas propios de mi profesión y experiencia y los aprendidos en el devenir de los años y la interacción con el mundo.

Ahora soy el boy scout que en mi adolescencia no fui. Admirar como siempre lo bello que es el mundo, este país y su gente, aunque percibo cambios penosos en ambos. Quisiera poder acampar donde me plazca, pero hay miedo a las fieras depredadoras humanas, que actúan salvajemente sin pena ni compasión.

Los viejos amigos que aun quedan, y los algo más jóvenes que yo, son unos comodones y creo que su espíritu no vibra ante la belleza natural y rústica. Sólo se mueven en carro, donde éste no brinque mucho y se empantane, y sólo duermen en hoteles con aire, agua caliente y baño. Donde les sirvan tragos con hielo frío y la comida esté disponible en amplios menú.

Los más jóvenes, entusiastas y llenos de energía, están en la etapa de trabajo, crianza y crear futuro y tienen poco tiempo y cortos lapsos para excursionar.

Son con los que me junto, los viejos de espíritu asaran. Hace días que no acampamos.

He subido al pico Duarte por dos lugares, siempre caminando. Me faltan dos o tres otros caminos por donde subir. Y hacerlo sin prisa ni tiempo…

En esos caminos campiranos se puede apreciar la naturaleza en su estado primitivo, y hay que apurarse a disfrutarlo pues cada día está más devastada, por esta raza humana depredadora.

Mientras el cuerpo aguante trataremos de ser optimista y feliz. Aprendiendo cosas nuevas para resolver viejos problemas y tratando de comunicarlo a todos.

luis@arthur.net