lunes, septiembre 17, 2007

SE EXHIBEN

SE EXHIBEN

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspor.com 16 Septiembre 2007

Dicen que cuando las comadres se pelean es que se saben los chismes o se confirman los hechos.

En la pelea en que se denigran Hipólito y Soto Jiménez, hemos constatado varias cosas. La confirmación que el fallido golpe de estado de la reelección pasada fue un hecho cierto en cuanto a su planificación y que fue abortado aparentemente por la Embajada Norteamericana. Nos hablan de que los Generales con mando fueron citados por el General de la Escolta Presidencial a la oficina del Presidente, y en franca velación a todos los cánones legales, les ordenó desconocer los mandos superiores. Esa sola declaración, que implica una confesión de parte, debía ser suficiente para que a todo el que conspiró contra la nación se le finquen responsabilidades.

Pero no sucederá y se aplicarán la ley de “Pecados y Perdones”, hoy por ti, mañana por mi.

Sin embargo salta a la vista como desquicia el poder sin limites que tienen estos señores de antes y los de ahora. La lealtad de todo Presidente y militar es primero con la Patria, y esto está tan alejado de la realidad, que posiblemente peco de iluso.

Tiene uno necesariamente que pensar que los secretos que aun no revelan son de tal magnitud comprometedores, que el Ex-Presidente se da el lujo de llamar “traidor” y decirle que se “vende como pollo” a un militar, que habla tanto de que las Fuerzas Armadas tienen el monopolio de la violencia, sin pensar que aunque ya no está activo, como el coquillo siempre queda una raicita escondida que lo hace germinar.

Son palabras muy fuertes que a los políticos les resbalan, pero ambos no lo son. Hay que tener mucho dominio o sentir que le tienen agarrado por el pichirrí

Hipólito no se resigna a ya no ser el que manda, y es que el poder luce cambiar a los hombres. Harto común es que algunos, ya ricos se creen semidioses y hasta su vieja familia les molesta y la renuevan.

Pero esta riqueza es su tendón de Aquiles. Imposible ya presentarse ni con oropeles como buena mercancía, ellos mismos se han exhibido sin pena ni pudor.

José Zorrilla, poeta español nacido en Valladolid en 1817 y muerto en Madrid en 1893, en su poesía “A buen juez mejor testigo” dice: ¡Tanto mudan a los hombres fortuna, poder y tiempo! Y realmente no los muda, sólo les quita la careta.

luis@arthur.net