sábado, septiembre 29, 2007

Malas Costumbres

MALAS COSTUMBRES

Por: Luis H. Arthur Sosa www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 28 Septiembre 2007

El 10 de Septiembre pasado en Boca Chica, una niña de 12 años fue violada y amenazada por su tío y padrino, mientras el padre había ido a llevar a la madre muy enferma, de origen haitiano, a la capital.

Cuando el padre regresó la niña lloraba y no hablaba. Por los desechos en la cama pudo darse cuenta del suceso y ayudado por una vecina, la niña le contó.

La policía se llevo al violador y tenía que presentarlo en la fiscalía en un plazo determinado, pero el padre se quedó todo el día allí esperando. La policía no tuvo vehículo y no lo llevó. Lo soltaron porque el plazo había vencido.

El violador, muy orondo llegó a su casa a bañarse y los vecinos le atacaron, quemaron su ropa, pero él escapó y “no aparece”.

Mientras, nuestros funcionarios sólo despilfarran y roban, y el pueblo cada día más se está haciendo o tratando de hacer justicia por su propia mano.

Eso no alarma a los gobernantes y las autoridades jurídicas andan tan lentas en corregir fallos, que hasta parece que no andan.

Eso de los plazos se entiende, pero no se entiende que se pueda dejar libre a un violador, porque la autoridad supuestamente no haya tenido un vehículo para llevarlo ante el juez y comenzar a mover los engranajes de la justicia. ¿Es que hay componenda? ¿O ineficacia por falta de interés? ¿O ambas cosas a la vez? Este proceder no se compara con el que despliegan cuando tendiéndole una trampa a un turista, le sacan $100,000 pesos y en truya lo acusan de violador, etc.

Me cuenta una prima que caminando por los alrededores de Toronto, en un parador de montaña, ella y su esposo entablaron conversación con un canadiense, quien les dijo que estuvo vacacionando en Puerto Plata, y que le había extrañado que un fulano le estaba ofertando su hermana por unos pesos.

Se habla de padres que ofertan sus hijos a turistas y pederastas que vienen a este paraíso sexual.

Quizás uno por su educación no entienda como un padre o una madre pueda hacer semejante sacrilegio con sus hijos.

A pesar de viejo cada día tenemos que ver, aprender y tratar de digerir esta caída en picada. Ver cómo la moral y las buenas costumbres son cosas de un pasado que luce lejano, ante tanta abulia oficial y privada, de todos que no quieren involucrarse, prefiriendo su tranquilidad.

luis@arthur.net