PURA DEMAGOGIA
Por: Luis H. Arthur S. http://www.luis.arthur.net/ http://www.luisharthur.blogspot.com/ 30 Septiembre 2007
El Presidente que habla bonito, El Redentor de Sur, regresó de su largo viaje por los EE.UU.
Allí volvió a presentarse en la ONU y nos habló del petróleo. Da la acostumbrada impresión, que maneja muy bien la dialéctica y que sabe lo que viene, y sentencia que todo país pequeño y sin hidrocarburos va a la hambruna y la quiebra.
Su problema es que no hay enlace entre su decir y su hacer, y a esto se llama demagogia.
Es penoso que un Presidente tan bien informado, que maneja la comunicación con tanta maestría, sea en realidad un actor, una carreta vacía de realizaciones medulares; haciendo tanta bulla porque le falta el peso de la carga para asentarla al suelo.
El fin de los hidrocarburos se veía venir. La crisis a que otros se enfrentarán, para nosotros es endémica desde hace 50 años, sin que basten sus 7 años de gobierno para resolverla, sino más bien complicarla. No ha sido capaz ni de cobrar la poca y cara energía servida, menos dar un servicio constante y decente. Me permito sugerir que pongan a don Juan Hernández al frente.
Mientras “El Redentor del Sur” dice sus bonitas palabras, aquí no hay planes en ejecución para reciclar la basura, producir energía y abonos con los desechos no usables y de paso mejorar el medio ambiente y la salubridad tan deteriorados.
Mientras el Presidente que habla bonito se oye a si mismo y prefiere hablar a actuar, aun no existe el reglamento para la reciente aprobada ley de Energías Renovables, ni se apropian los incentivos, ni se establece el “Net Meetering” para que cualquier vecino pueda producirlas y sin incurrir en baterías ineficientes y caras, “guardarla” en el sistema nacional interconectado y usarla cuando le convenga, y si no usa toda, le sea pagada religiosamente la diferencia.
Tampoco se implanta un plan racional de austeridad para no dilapidarla. Existe tanta bibliografía al respecto. Tantos como yo hemos hablado tanto y delineado y sugerido planes, sin encontrar eco en ninguna institución gubernamental, que tenga seriedad y permanencia, no sólo tímidos aguaceritos tropicales.
Cuando las elecciones se aproximan, hay que buscar votos y dinero, y entonces se recuerdan de los Dominicanos ausentes y maltratados para que aflojen más el bolsillo y le den nuevo “chance”. ¡Ahora sí vamos a resolver…! ¡Pura demagogia!
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