PSIQUIATRÍA GENEALÓGICA
Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 19 Octubre 2007
Todos, somos el resultado de una mezcla en partes iguales de los genes de nuestros padres y compartimos 23 pares de cromosomas formados cada uno de dos pares de genes, uno del padre y otro de la madre que dan nuestro caracteres personales llamado genotipo. A nuestros padres a su vez les sucedió lo mismo, por tanto tenemos un 25% de los genes de cada uno de nuestros 4 abuelos; el 12.5 % de los 8 bisabuelos, el 6.25% de los 16 tatarabuelos y el 3.125% de los 32 tatara-tatarabuelos. Así sigue la cadena y nosotros como receptor de todos estos genes, combinados al azar tenemos cada vez menos de cada uno de nuestros innumerables ancestros.
Claro, si en la cadena se han unido familiares como primos, vamos a tener más de esos ancestros comunes.
Aun hermanos no tienen el mismo genotipo y son diferentes entre si, no sólo en el sexo.
Esta pirámide inversa y creciente llegaría hasta que la base de personas sea capaz de sustentarla. Si nos llevamos de la religión, Adán no compartía genes con nadie, y los de Eva eran los mismos que los de Adán pues nació de una costilla del primero y como sus hijos se casarían entre si, toda la descendencia tendría genes repetitivos y muchos serían como clones, degenerando la especie, lo cual no es el caso. Vamos a llevarnos mejor de la teoría de la evolución, entonces la base de datos de humanos se mezcla con humanóides, monos, lagartos, peces, bacterias, y quien sabe cuantos otros.
Los genes, sobre todo los dominantes, son los responsables de nuestra herencia y estamos sujetos a reacciones indeterminada, según la ejecución del programa genético.
Con el estudio del genoma humano se ha comprobado que tenemos más de un 95% de genes comunes con los monos, los puercos y las cucarachas y dejémoslo de ese tamaño.
Todo esto es ampliamente conocido y cada vez mejor estudiado, lo que yo no sabia por no estar ampliamente divulgado, era que ahora existe la rama de la psiquiatría genealógica que se ocupa de dilucidar “la idea de que nuestro destino puedan estar determinado por la historia psicológica de las generaciones anteriores”. Esto trata de decirnos que no sólo somos genes ejecutando un programa preconcebido, sino que nuestro cerebro y su carga familiar influyen en estos procesos de forma dominante.
luis@arthur.net
