viernes, octubre 19, 2007

PELA DE LENGUA

PELA DE LENGUA

Dicen que el que dice lo que quiere, se arriesga a oír lo que no quiere. En el mejor de los dominicanismos, ¡qué “pelas ‘e lengua” le dieron a unos “patriotas”!, que con sus actos y clientes desmienten sus poses de padres y defensores de la patria.

Mientras más fabulan más nos enteramos y más hondo se meten a pocos días del desenlace!

Siempre se ha sabido, que los buenos profetas son humildes y los falsos grandilocuentes.

Han vivido pregonando un patriotismo ancestral y los dejan mal parados. Los comparan con los rudos del “ring” que usan todo, lo legal y lo no tanto para tratar siempre de ganar.

Fueron exhibidos como aprovechados que se asientan y se alían a gobiernos mientras al mismo tiempo los combaten y perjudican. Una mano luce tierna, lista a la caricia y al zalameo. La otra es un puño duro y desgarrante que golpea con manopla la justicia del pueblo.

Ya tengo miedo a los que hablan bonito. Usan las palabras para ocultar la verdad.

Pobre nuestro pueblo. Ya casi no les quedan ejemplos morales. El dios dinero, como la peste bubónica, todo lo arropa, todo lo contamina, mata la lealtad, el patriotismo, la solidaridad.

Cuquiaron las avispas y salieron picados. Estamos viviendo tiempos apocalípticos, van cayendo máscaras y disfraces y sólo vemos llagas y miseria.

Tiempos también de desesperación por justificar todo lo cobrado, lo por cobrar y cumplir lo prometido; por no haber podido enterrar tantos muertos, producto de pocos y la obediencia de otros, todos injustamente mezclados como iguales y enredados en la red del pescador.

Guerra de intereses no apta para menores, donde se queman las banderas y sucumben los ideales. Sólo perviven los intereses y las componendas, y un pueblo perjudicado pagando en rezagos el disfrute ajeno.

¡Los pregonan inocentes...! ¿y los cuartos… dónde están?

Las palabras calificativas de Don Américo Lugo que con tanta frecuencia y ahínco nos recordaban a la sentina del periodismo, ya no aplican. El dinero todo lo purifica, lo pone brillante y le quita el mal olor. Descalifica viejos decires.

Ya los principios que nunca lo fueron, son finales y los finales están acabados. Mejor olvidarlos con luto y sin esperanzas.

Vienen tiempos de ciega, de penas y de arrepentimientos.

luis@arthur.net