MÁS DE LO MISMO
Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 3 Junio 2007
La empresa privada puede pagar lo que pueda, quiera y le acepten. Recuerdo que en 1978 Impuesto Sobre la Renta impugnó en mi empresa que a un Ingeniero le pagáramos $800, si, ochocientos pesos, por ser excesivo y lujoso.
Dado que el Gobierno quiere ser el socio que nada pone y que todo quiere, vive imponiendo “su orden” y así limita gastos, dietas, y todo lo que pueda disminuir la participación o tajada que ellos quieren y por adelantado.
Pero al Gobierno, nadie le pone coto ni medida. Entre los tres poderes del Estado existe una componenda de amoralidad, en que compiten a quien hace un mejor desaguisado, quien se pone el mayor de los sueldos, compensaciones, dietas, devolución de impuestos. Cómo se asignan o les asignan el mejor vehículo, con todos los gastos pagados y los mejores seguros de salud, vida, y accidentes.
Todo con nuestro dinero que eficientemente nos quitan de nuestro sueldo, de nuestros beneficios por actividades lícitas (que las ilícitas no pagan); y en cada artículo que compramos para vivir, nos cargan el 16% de Itbis.
Luego de tantos gastos, de esos que se ven, ¿que serán los que no?, lo que queda del presupuesto nacional no alcanza para una asignación municipal adecuada a su contribución, para educación, salud, y tantas otras, que repito sin cesar, porque son tan notorias y desesperan tanto, que trato de que por repetición se nos abra la mollera.
No hay justicia en mantener a tanto empleado publico con suelditos de miseria de $6,000 y pocos más, y a otros con sueldos cientos de veces superiores, en desproporción injusta, exagerada y desafiante.
Pienso que cuando un día, quizás ya yo haya desaparecido, aquí se arme el corre corre, esos que ganan tanto y que además tiene custodia policial con sueldos de miseria, no sabrán donde esconderse, y no tendrán cara para afrontar el juicio de la historia.
El presidente que habla bonito quiere volver y volver y no ha podido resolver los principales problemas que nos afectan: Inmigración Haitiana, Electricidad, bajo índice académico y de escolaridad, bajo nivel de salud e ingestión calórica, alta delincuencia y narco-tráfico y sobre todo falta de moralidad y honestidad.
Se pregunta uno ¿para que quiere volver? y a seguidas ¿se lo vamos a permitir?
¿Vamos a hipotecar o a vender nuestro voto? ¡Ya lo conocemos!
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