martes, junio 05, 2007

SAQUEO DE TROYA

SAQUEO DE TROYA

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 4 Junio 2007

Cuando escribí mi articulo sobre las arenas de Long Beach en Puerto Plata, inspirado en un reportaje de El Caribe y mi experiencia vivencial, titulado “!Qué Feluchidad!” alguien me mandó un correo advirtiéndome que tuviese cuidado con ese señor, porque, según él, tenia los “juegos muy pesados”.

La verdad que no imaginaba que tan pesados los tenia hasta que veo en la prensa la denuncia, su aceptación y su reacción al hecho sospechoso que al establecer la densidad habitacional de las costas de la Provincia Altagracia, dividiéndola en 5 Sectores numerados del 1 al 5, al 4 le dio el doble, 70 habitaciones por hectárea, cuando a los otros, similares según el articulo periodístico, le asignó sólo 35.5, mediante la resolución #154-05 del 12 Noviembre 2005 que ahora sale a la luz pública.

Se le señala y él admite que es inversionista de los proyectos ahí desarrollados “Stanza Mare” y “Pueblo Bávaro”, lo cual lo hace parte interesada y esta resolución pudiese convertirse en un vulgar tráfico de influencias y hasta enriquecimiento ilícito.

Esto sería materia para que el fiscal anticorrupción Dr. O. Lister Henríquez investigara y actuara, pero él está convertido en algo así como la Madre Teresa, pidiendo perdón junto con el Consultor Jurídico, el Presidente del Senado y algunos Senadores, para los miembros de la Camara de Cuentas (CC). Se olvidan de su papel legal por el que cobran y prefieren éste, el de las componendas amorales de “hoy por ti, mañana por mi”.

¿Acaso tienen moralidad los Senadores y Diputados para señalar a nadie con el dedo, por lo que ellos hacen igual o peor?

El Presidente que habla bonito, jefe de la administración publica, ante tantos escándalos nada dice, nada hace, habita el limbo, lo que es muestra más que notoria de que asiente y respalda. Es el saqueo de Troya.

Vivimos de escándalo en escándalo, se dilapida nuestro dinero. Se trafica con influencias a lo descarado. No hay castigo, ni vergüenza para renunciar.

Alguien me decía que a los de la CC, sin apellidos sonoros, la prensa los atacaba más que a los de la JCE, sin dinero para pagar prestamos y elecciones, pero sí para mantener dos niveles de sueldos de lujo, avalados precisamente por la violada “CC”.

Decía Balaguer que cuando los hambrientos llegan a la mesa del banquete, arrasan.

luis@arthur.net