viernes, octubre 31, 2008

APODOS Y APODOS

Sin Temor… Ni Favor…

Apodos y Apodos


Luis H. Arthur S.

En todas partes existen muchos grupos que se forman por tener algo en común, y uno clásico es por haber estudiado en alguna universitaria o promoción.
Los ExaTec somos una asociación trasnochada, fundada casi 35 años después de la graduación promedio del grupo que la integramos. En nuestro caso parece que tomamos el ejemplo rural dominicano de primero “rejuntarse” a ver si funciona, y eso hemos hecho desde nuestro retorno de Monterrey, México al país, donde fuimos becados.
Fuimos allí un grupo muy unido con sus excepciones, debido a diferentes caracteres, edades y gustos, y hoy el grupo, que se siente más unido afectivamente, donde algunos viven fuera del país, y pocos se han marchado en el viaje final, hemos creado vínculos fraternales, y a pesar de la edad, en que pocos, si alguno, no pasa de los 60 años, seguimos comportándonos como jóvenes estudiantes, relajándonos con los apelativos de entonces, recordando los cuentos y barrabasadas de antaño y pasándolo lo más unidos y feliz de que somos capaces, aunque entre nosotros hay personas que en su desarrollo económico tiene mucha diferencia con otros. Somos como una familia que se ayuda, pelea, y vuelve a reconciliarse como si nada hubiese pasado.
Creo que es una experiencia muy gratificante.
Yo me he permitido en mis escritos, ir distinguiendo a algunos, sin que ello implique que sean mejores o peores que los demás, ni que haya habido una rifa, sino por puro azar, y he bautizado a esos con nombres que nunca denigran, ni son ofensivo, pues creo que esos calificativos y aun auto calificativos a la larga molestan y crean encono.
Entre ellos están: Mi Líder, El Señor Embajador, El Más Noble, Mi Lamborghini, El Filósofo del Colmadón, Mi Quijote, El Más Rico del Grupo, Mi Amigo Franklin, El Alquimista, El Rey Mago, La Capamocha. Al Poderoso lo describí pero no lo nombré y El Fraile, ya existente.
Algunos de estos nombres son usados con mucha frecuencia en nuestra red comúnmente, y han sido aceptados por todos, como una forma de homenaje a sus habilidades descollantes, por lo que me congratulo.
Quizás eso no hubiese sucedido si dichos apelativos fuesen ofensivos, amigablemente denigrantes.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 30\X\2008