sábado, octubre 11, 2008

EN ESTOS TIEMPOS V

Sin Temor… Ni Favor…

En estos tiempos V


Luis H. Arthur S.

Resumiendo: San Juan no necesita del Cibao ni este de San Juan. Tiene lo mismo, excepto buena comunicación con los mercados nacionales y de exportación. Requerirá de un programa gubernamental de ayuda para acelerar su desarrollo, de educación, de promotores y con su gente, sus buenas tierras, sus presas, su clima, la energía que producen sus hidroeléctricas interconectadas al sistema eléctrico, es sólo cuestión de más o menos tiempo para que sea un emporio bien desarrollado.
Ahora, si el gobierno, en su afán depredativo construye una carretera por el macizo de la cordillera Central y se puebla, tanto el Cibao como San Juan en primera fase, y luego todo el país, verán mermados sus aguas y su producción, la Presa de Bao ya no tendrá suficiente agua para el Cibao. El Yaque del norte mermará su caudal y Tavera no será ni una bendición ni una amenaza. Sabaneta y Sabana Yegua lo mismo. El Yaque del Sur, el rio San Juan, serán cada vez menos hasta convertirse en hilos de agua. La laguna de Cabral será un pantano lleno de mosquitos. Nizao no traerá suficiente agua a Valdesia y al acueducto de Santo Domingo.
Si tuviese que calificar a Balaguer, diría que sus obras cumbres fueron el cerrar militarmente los aserraderos, abandonar tantos caminos de depredación para que el bosque los borrara, el declarar Parques Nacionales en este santuario, el sacar las viviendas de Valle Nuevo, el poner vigilancia permanente, el construir presas y más presas arañando con dinero propio. Son sus obras portentosas. Alargándonos el agua y la vida, ante tantos ríos que se han secado y desaparecido para siempre, o hasta que esta isla vuelva a ser salvaje por muchos siglos. Don Antonio así lo vio y paró en seco a los depredadores, pero vemos que aún persiste el espíritu de los José Delio Guzmán, los Mera, etc. para pelar montañas y hacer este país un páramo desertificando. Haití en ese sentido no tuvo un Balaguer y hoy nuestra vocación es evitar que los mismos de siempre, más los haitianos que no saben otra cosa de tumbar, hacer carbón y migrar, acaben con nuestro país, esta vez con la anuencia de un gobierno, de un Senado y todos los ecos de voces vacías que apoyan y marchan en el desfile de la sinrazón, sin entender que en acciones como estas va su propio futuro, el de sus hijos y nietos y el del país.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 10\X\2008