Sin Temor… Ni Favor…
Equivocados ellos o yo
Luis H. Arthur S.
Lo peor que sucede en este país, es que hemos perdido la capacidad de indignarnos y aunque tantas vidas se hayan sacrificado en el pasado, tanta sangre haya corrido, tantos hijos quedaran huérfanos, tantas familias destruidas, para ahora no saber vivir el sueño que anhelábamos y que ante una abulia colectiva, un sólo criticar, un creer que es otro el que debe arreglar todo, y que sólo con hablar con el vecino, escuchar la TV, la radio, leer los periódicos, los articulistas que dicen su verdad y quizás algunas veces alentarlos a seguir, a que hagan por mi lo que yo no hago para mi beneficio, vamos a arribar a nuevos estamentos de justicia social, felicidad y democracia, estamos totalmente equivocados.
El creer que podemos dejar a los gobiernos sin contrapeso, para obligarlos de ser necesario a ajustarse a la Constitución y a las Leyes, hacer que la administración pública sea eficiente y honesta, que las instituciones se fortalezcan para que el pueblo avance, el ir una vez cada 4 años a votar y quizás hasta vender nuestro voto, estamos equivocados.
El permitir que la educación sea una parodia, y me refiero a la educación pública, que la justicia vaya lenta, que nuestras Fuerzas Armadas y Policía Nacional estén tan mal pagadas y tan poco vigiladas, que lucen ser los actores principales en la delincuencia y el trafico de droga, con licencia para matar, y no hacer nada, estamos equivocados.
También nos equivocamos cuando desde la administración pública nos desfalcan de una manera que ya carece de pudor, donde los funcionarios que descaradamente roban, usan influencias, gastan nuestro dinero para su bienestar y plataformas políticas, sean inmunes a sanciones por un presidente que por lo menos mal gobierna.
Equivocados no estamos al hacer juicios nada temerarios sobre los buitres que se han ensañado sobre la CDEEE donde nada luce legal, donde políticos, amigos, familiares, etc., y hasta las iglesias todas, y la mía en primerísimo lugar, disfrutan del festín del cadáver sin ningún tipo de miramientos y sonrojos, coludidos en lo material, cuando dicen predicar para lo espiritual, y “su reino ser de este mundo”.
No creo estar equivocado al sentir pena, repulsa, al ver como el morado y el carmelita han dejado de ser símbolos de penitencia y regocijo, para serlo de vergüenza y oprobio, en este país que no pone a sus malos gobernantes en pijama en algún sitio donde no nos hagan tanto daño.
Santo Domingo * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 8/VII/2009
