lunes, julio 13, 2009

PETRONIUS IOSEPHUS

Sin Temor… Ni Favor…

Petronius Iosephus


Luis H. Arthur S.

Mi amigo es Conde, con su sangre azul y su perfil noble, es feliz poseedor de un talento increíble y de un Lamborghini, y aunque es viejo, se ve como un clásico descapotado de lujo de un valor incalculable.
Aunque somos amigos yo no puedo igualarle en tan lujosa pieza de ingeniería, hecha a mano y con exquisiteces a la que mis humildes posibilidades no llegaron y ya no podrán hacerlo, pues ni con el ahorro de toda mi vida podría pensar en tales lujos.
Mis posibilidades son mucho más modestas y comunes, pero no por ello lo envidio, sino todo lo contrario, me place su talento y amistad y cuando su voluntad así lo dispone y no me deja esperando, aprendo mucho de su saber. Hasta le llamo Maestro.
Antes me mortifica cuando esa joya de tal finura en vez de transitar sólo por autopistas exclusivas de alto peaje y caminos de ensueño, lo hacía con descuido por caminos vecinales llenos de baches, zanjas y hoyos, donde los golpes con piedras podían dañarle, romperle la transmisión o el motor. A veces las personas que tienen grandes lujos, se acostumbran tanto a ellos, que no le dan la debida importancia a las joyas que poseen, pues son tan de ellos, y olvidan que al paso del tiempo se desmeritan.
Los que no tenemos la posibilidad de una posesión tan preciada, quizás la admiramos y la queremos más que el mismo dueño, mucho más, pues parte de la vida está en el intenso deseo, en los sueños, que nos llena de ambiciones legítimas, que en su logro nos traen progreso, aun si la meta sea demasiado alta, en el camino hacia ella disfrutamos, aunque la vida no nos alcance ya para lograrla.
Mi amigo el Conde aun con su sangre azul y personalidad distante, medio me tolera a veces que le diga que debe cuidar más su Lamborghini, que no lo maltrate. Increíblemente los clásicos maltratados llegan a perder valor, quizás hasta todo, a medida que el tiempo pasa más de lo deseado y su estado y mantenimiento puedan no ser los debidos.
Teníamos cita el viernes, pero esa enfermedad que afecta a los nobles y poderosos que ellos llaman “sensibilidad estaciónal o por ingesta” (vil alergia), lo afectó, y los medicamentos lo hicieron dormir como Dios del Olimpo.
Me alegré de recibir su excusa, pues me preocupé y hasta llegue a pensar que se había ido a montear y maltratar su Lamborghini, y se había quedado varado en el primer paso difícil de un rio con mucho agua y sin puente. Le deseo pronta recuperación.
Santo Domingo * luis@arthur.net * http://www.luis.arthur.net/ * http://www.luisharthur.blogspot.com/ * 12/VII/2009