miércoles, julio 22, 2009

NUESTRO PRESIDENTE

Sin Temor… Ni Favor…

Nuestro Presidente

Luis H. Arthur S.

Nos hemos dado un Presidente burlón, un señor que entiende que el pueblo todo es imbécil, que no piensa, o como él diagnosticó: que no conceptualiza.

Ante cualquier problema social, que surge de su actuar maquiavélico como dinámica existencial, el Presidente se va de viaje para como decía Balaguer, esperar que las cosas se enfríen, que las aguas recuperen su nivel, y cuando es compelido a dar alguna declaración a algún periodista que no esté en nómina, generalmente se va por la tangente y contesta cualquier cosa, hasta lo increíble.

Esta forma da y le ha dado buenos resultados con la mayoría de los Dominicanos, pues la falta de educación formal, la escasez de alimento e insumos que nutran el cerebro, la ausencia de instituciones e institucionalidad, frente al que habla bonito y a quien no entienden cabalmente en sus palabras y vericuetos verbales, que pone carita de “yo no fui”, creen estar ante un iluminado, un ser capaz que está pontificando. Pocos de ese estrato social lo comprenden y generalmente no hacen nada, ni pueden ni les interesa hacerlo, para formarse una idea clara de lo que dijo, ni de siquiera tener un juicio de valor, de quien como veleta va de una dirección a la opuesta, en una inconsistencia demagógica.

Esta es una forma muy efectiva de engaño, que ya quisieran tantos políticos, que buscan el mismo objetivo, manejarla con la maestría que él lo hace, por lo que tiene a casi todos como babosos a sus pies, comprados, algunas veces hasta con promesas.

El Presidente no ha sido el creador de las condiciones para poder ejercer y tener tan buen éxito, no, sólo ha logrado mantenerla, acrecentarla y en lo posible ordenarla con formas no institucionalizadas de repartir un pequeño presupuesto social, en forma muy hábil, clientelista, como tantas veces he dicho, lo que me parece que desde su punto de vista y resultados él considera genial y son las tarjetas Solidaridad, que otros países buscan copiar.

También ha sabido explotar demasiado bien la ambición desmedida, el hambre de dinero y poder de los políticos y tantos otros, casi todos trepadores, incluyendo muy especialmente a empresarios, que se le han rendido incondicionalmente.

Se ha permitido usar el erario para estos fines y cuando no alcanza o las ambiciones son mayores, permitir el latrocinio oficial, la delincuencia descarada, el narcotráfico, todos sin relativas sanciones.

S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com * 21\VII\2009