miércoles, noviembre 28, 2007

CONSTRUCCIONES I

CONSTRUCCIONES I

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 27 Noviembre 2007

Hace como 20 años me encontré a la Ing. Noemí Penson, de Cocimar, hija del “temido” profesor de la facultad de Ingeniería Civil de la Universidad de Santo Domingo don Mario Penson.

Conversando en el estacionamiento de un supermercado sobre su famoso padre graduado como luego ella en Alemania, me contó que un día le preguntó por qué él era tan estricto. Su repuesta fue que si el diera dibujo, casi todos le pasarían la materia, pero que él daba estructuras, y si un ingeniero no estaba bien calificado, iba a poner en riesgo bienes y vidas de personas, con malos trabajos.

He estado recordando esta conversación y hace unos días coincidimos en un mortuorio, y me la amplió y me autorizó a publicarla.

Viene a colación por la cantidad de puentes que se caen con los problemas climáticos que nos afectan, mientras los que hicieron los americanos durante su intervención y que forman parte de la vieja carretera Duarte, Mella y Sánchez, no les pasa nada… Siguen ahí soportando, al igual que las que hizo Trujillo, no sólo los embates del clima sino la carga de camiones y furgones que nunca se pudieron imaginar los constructores.

Igual el Puente de ladrillos de la Guinea en Puerto Plata.

El temblor de tierra de hace unos años tumbo en esa ciudad el Banco de Reservas y muchas escuelas públicas de reciente construcción. ¡Una vergüenza!

¿A qué se debe?. En mi opinión a que los ingenieros son malos y descuidados, a que la supervisión es sumamente deficiente y se vende. A que del presupuesto tienen que dar un 10% y ahora un 30%, pues primero es “lo mío”. Luego las cubicaciones no salen, la obra se detiene con el aumento de los costos en almacenistas y serenos, intereses, robos e insumos. Por tanto, cuando al fin la obra va pujando su terminación que de meses se torna en años, el dinero no va alcanzando y se usan insumos y mano de obra de bajo costo y calidad afectando la obra, pues el ingeniero, aunque sea malo, no tiene para perder. Es costumbre política e irresponsable del Gobierno de asignar obras sin tener los fondos disponibles ni estar en el presupuesto nacional. Un ejemplo: la Circunvalación de Santiago.

Así, ordenan obras, empiezan a lo loco y ahí invernan a veces por largos años. Pero no importa ¡E’ pa’ ‘lante que vamos!

luis@arthur.net