jueves, noviembre 22, 2007

HACIA DONDE NOS LLEVAN III

HACIA DÓNDE NOS LLEVAN III

Por: Luis H. Arthur S. www.luis.arthur.net www.luisharthur.blogspot.com 21 Noviembre 2007

El desmantelamiento de las cosas buenas que durante 31 años aprendimos se fueron al caño junto a las malas de la época.

Empezaron por desmantelar la educación Hostosiana. Un proceso en que todos han sido muy perjudicados, pero los pobres más que nadie.

Mi generación estudió en escuela pública. Escuelas de alta calidad, con maestros capaces y humanos en su mayoría. Con el celo del Estado vigilante que las inspeccionaba con frecuencia planificada. Donde no nos cambiaban los libros cada año para negocio de algunos, y teníamos que tomar apuntes constantes. Aprendíamos a escribir. No había huelgas, no se perdía el tiempo miserablemente en manifestaciones y concentraciones de maestros. Estos no nos trasmitían sus problemas y frustraciones. Cumplían su labor de enseñarnos o los sustituían, y la verdad es que aprendimos.

Hoy, la mayoría no sabe escribir, no saben tomar un dictado. No tienen capacidad de razonamiento, sino de embotellamiento que se olvidan la víspera, ni de comparaciones analíticas, o simples reglas de tres. Los inmutables principios físicos y morales, son atributos obsoletos del pasado y lacras de la tiranía.

Aun los que estudian en colegios caros privados, bilingües o trilíngües y con aire acondicionado y todo el lujo del mundo, mantiene lagunas que dan pena, pues el medio, el ejemplo de padres y gobernantes se concatenan para lograr que no seamos un país del tercer mundo, sino uno en vías de subdesarrollo.

Hay tantos bachiburros y tantos con títulos universitarios que parece que les fueron otorgados por compra directa o por “pasar” por la universidad o su vecindario, no por quemarse las pestañas en sus aulas, y es que un edificio no puede edificarse y menos ser estable sin zapata y menos con malos maestros de obra y peores ingenieros.

La educación aquí es mala, y por eso salimos en penosos lugares al fondo en las valoraciones internacionales. El gobierno ni siquiera enseña con el ejemplo y menos cumple la ley del mínimo presupuestal para este renglón.

No existe país que haya avanzado sin buena educación. Es penoso que la cabeza de tal cartera, maestra anteriormente, se haya politizado y olvidado su vocación, si es que alguna vez la tuvo, de ser creativa y revolucionaria de la educación.

¡e’ pa’ ‘lante que vamos!

luis@arthur.net