martes, septiembre 08, 2009

CARRETERAS II

Sin Temor… Ni Favor…

Carreteras II


Luis H. Arthur S.

Los conductores privados no siempre son mejores que los de patanas, voladoras, carros públicos y motores.
Cada día hay más vehículos transitando las mismas calles que no aumentan ni se adecuan para ser ejes viales, palabra que quizás las autoridades desconocen, pero que sirven como vías de transito rápido y sincronizada para el desfogue del tránsito, haciendo más eficiente la vía. Claro ahí un Amet dirigiendo en una esquina trastorna todo.
Actualmente los tapones son de antología. Unos se resignan y se mantienen en su fila, pero otros sobrepasan en calles y carreteras por la vía contraria, por el paseo, quieren y logran meterse en la cabeza de la fila, con la ayuda de la autoridad que los premia en vez de castigarlo abusando del montón de bobos con P que se desesperan. Ante este ejemplo, esta impunidad, cada día más quieren hacer lo mismo, y en ese caos, el tiempo se multiplica y el estrés sube, amén de la pérdida de tiempo, de trabajo y el consumo de combustibles y las emisiones que este lento fluir traen.
Aquí en la capital, Amet está a media cuadre poniendo su cuota de multas, y en las carreteras las patrullas y los motores están en sitio fijo, deteniendo a camines y camionetas para el pago del “peaje” ilegalmente impuesto, mientras en la vía sin patrullar suceden temeridades y atropellos que se llevan tantas vidas.
Ninguno Amet o policía que yo sepa, tiene entrenamiento ni idea de cómo tratar a un traumatizado. Eso hace que muchos que no iban a morir, mueran.
Basta ver en los noticieros como la policía criminalmente tira en la cama de una camioneta a un herido por bala, cuchillo o accidente, levantado como fardo por 2 o 4 policías o mirones, que lo “jondean” en la cama de una camioneta, y al cerrar la portezuela lo comprimen y maltratan pues generalmente son más largos que la cama.
En días pasados salía una joven y agraciada y posiblemente rica mujer en jeepeta blanca y nueva de Cuesta Hermosa I, y ante el tapón y su prisa, se metió temerariamente dándome un cerrón. Le toque la bocina y me contestó con cara agria mostrándome el dedo mayor, de una mano de mujer quizás con la que acaricia y da o dará amor a sus hijos. Tantas por dentro han dejado de ser mujer para convertirse en hombres frustrados, amargados y plebes.
Hay tantos que no respetan las reglas y el orden y al creerse más listos que los demás lo empeoran todo, ante la mirada complaciente de la autoridad, que está sólo buscando personas que hablen por celulares o les falte la revista o el cinturón en vehículos nuevecitos, porque a los padres de familia, que andan en tiestos, sin cinturones, llevan gente como puercos amontonados, no se les puede tocar, son incontrolables.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *7\IX\2009