jueves, septiembre 17, 2009

RECAPITULANDO III

Sin Temor… Ni Favor…

Recapacitando III

Luis H. Arthur S.

Platón y Aristóteles clasificaron las formas de gobierno como: Monarquía, la de una sola persona, Aristocracia de un grupo y Democracia, de la multitud o de los más. En la Democracia implantada en Grecia, solo podían votar los ciudadanos, y estos eran las élites. Los demás y las mujeres estaban marginados.
Los pobres con la revolución Francesa adquirieron ese derecho y desde entonces votan. Las mujeres lo conquistaron hace relativamente poco tiempo, pues sólo a partir de la segunda guerra mundial se fue imponiendo la democracia en muchos países.
Para algunos el voto de los pobres fue un gran logro, que iguala a todos en derechos, pero otros aun siguen cuestionado ese derecho igualitario sugiriendo que en la mayoría de los casos su ejercicio no es el resultado de análisis y ponderaciones, debido al escaso nivel educativo en que los gobiernos y ellos mismos se han mantenido, y esto hace que su voto sea emocional y económicamente comprables. No hablan del color de la piel.
Según el censo del 2007 publicado por la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID) de los 9.4 millones de dominicanos, 4.5 millones viven bajo el nivel de la pobreza y de estos 1.5 millones son indigentes. Hay 1.4 millones de madres solteras.
De esos 4.5 millones de ciudadanos bajo el nivel de la pobreza, deben de haber posiblemente cerca de dos millones de votantes acuciados por la miseria.
Este Gobierno y los anteriores han escatimado el presupuesto que por ley hay que darle a la educación, violando la ley, y seguimos con una escuela pública que apenas ofrece dos y media horas de clases al día en promedio anual, y eso si no hay huelgas de maestros, elecciones o actividades políticas. Con maestros pocos incentivados y peor controlados y supervisados, con demasiada deficiencias pedagógicas y cargados de frustraciones, sindicalismo y política, poco se avanza, como en la UASD, con niveles e índices académicos penosos a los internacionales y a los que le correspondería a la cacareada “Primera Universidad del Nuevo Mundo”.
Ante este panorama, mucho tardó en aparecer un Leonel que se diera cuenta, tuviera el dinero, la habilidad y la plataforma tecnológica para hacer con esos votantes una inmensa base de datos y comprometerlos, para no decir secuestrarlos, con una Tarjeta vinculante llamada Solidaridad.
S. Domingo, R. D. * luis@arthur.net * www.luis.arthur.net * www.luisharthur.blogspot.com *16\IX\2009